Jesús inculcaba a sus discípulos que es preciso orar siempre sin desfallecer (Lc 18,1).
Y San Francisco exhortaba a los suyos en la Regla bulada: «Los hermanos a quienes el Señor ha dado la gracia de trabajar, trabajen fiel y devotamente, de tal suerte que, desechando la ociosidad, enemiga del alma, no apaguen el espíritu de la santa oración y devoción, al cual las demás cosas temporales deben servir» (5,1-2).
Para ayudar a mantener vivo a lo largo del día ese espíritu de oración y devoción, ofrecemos algunos textos e imágenes que rezar y contemplar, y remitimos, mediante los correspondientes enlaces, a otras páginas que tienen una finalidad similar a la nuestra.
viernes, 16 de abril de 2010
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